Entrevista de Marea para el lanzamiento del nuevo disco

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fuente : noticiasdenavarra.com por Fernando F. Garayoa

Kolibrí (guitarra), Alén Ayerdi (batería) y Piñas (bajo) son algunos de los integrantes de Marea.
Disco / Los Marea superan las zancadillas de la vida y con parto doloroso alumbran once nuevas canciones

De cuando el corazón se subió a la acera a golpe de rocanrol
El pasado martes, el día que salió a la venta ‘Las aceras están llenas de piojos’, los cinco miembros de Marea se tiraron 8 horas firmando discos en Madrid. Es el ejemplo perfecto para darse cuenta de lo que ha conseguido un grupo de amigos a base de voluntad, trabajo y ciertas dosis de genialidad

Alén (batería), César (guitarra), Piñas (bajo), Kolibrí (guitarra) y Kutxi (voz) han sorteado las trampas del destino hasta conseguir que el pasado martes llegara a las tiendas el quinto disco de Marea, Las aceras están llenas de piojos. Once canciones que cuentan con los mejores textos que hasta ahora dado la mente del genio Romero arropados por “la mejor banda de rock and roll” en la madurez que da un 10º aniversario sobre los escenarios. Un binomio que de nuevo se convierte en apisonadora cuando llega el directo y se erige en familia, cuando la banda regresa a Berriozar. El pasado sábado, cuatro de los cinco miembros del grupo (faltó Piñas) charlaron con EL CAMALEÓN.
-Diez años sobre los escenarios, ¿que es y qué ha sido el rock and roll para Marea?
-Alén: Es una manera muy especial y muy bonita de vivir la música. Yo veo el rock and roll como una familia, en la que la más cercana es tu grupo, pero el resto de bandas también forman parte de ella tanto en la carretera como en los escenarios. Es una forma de vida, y más en el rock urbano, en otros estilos no sé cómo será, pero en el rock somos una familia, todos estamos para todos. Es genial que después de tantos años de tradición el rock siga vivo.
-Kutxi: Es una vida dentro de una vida. No tienes una vida como la de todo el mundo. Tal y como yo entiendo el rock, éste empezó con Leño, sigue con Barricada, después llega Extremoduro y ahora nos ha tocado a nosotros. Somos la cuarta generación del rock and roll, y llevar ese testigo es una manera no de mejorar sino de hacerlo digno y de darle respeto.
-César: Para mí el rock and roll lo ha sido todo, nunca he tenido un empeño por nada y juntarme con estas cuatro personas durante estos diez años han sido la hostia. Es una familia, al fin y al cabo. Y si hemos aguantado estos diez años es porque nos llevamos de puta madre, eso es para mí el rock and roll.
-Kolibrí: El rock es una forma de entender tu vida. La música, cuando te levantas, te da un motivo por el que tienes que caminar y luchar.

> -‘Las aceras están llenas de piojos’, el nuevo álbum de Marea, ha sorteado grandes baches para poder ver la luz. ¿Cómo fue su grabación?
-Kutxi: Lo grabamos en el sótano de casa de Alén, con unos cacharros que Kolibrí ha ido comprando y de los cuales nunca nos hemos conseguido aprender ni los nombres ni como funcionan (risas). A este estudio le pusimos de nombre SonidoR-5 en homenaje a ese casete que traía de serie el Renault 5, que era el más democrático del mundo… porque todas las cintas sonaban igual de mal.
-Alén: Pero, a pesar del que el casete del R-5 sonara muy mal, los discos de Kolibrí suenan muy bien.
-Kutxi: Sólo era una manera de explicarlo quitándole solemnidad, a mí siempre me gusta quitarle solemnidad a las cosas aunque la tengan.

-Realmente, ¿llegó a tal punto el hastío, o lo que fuera, que esta Marea pudo quedarse sin su particular Luna y desaparecer?
-Kutxi: Por lo que a mí me toca, Marea nace y muere todos los días. Yo he sido la cara visible del grupo porque soy un bocazas, pero me atrevo a poner la mano en el fuego porque si Marea fueran estos cuatros señores y no estuviera yo harían cien años en los escenarios y nunca jamás pararían entre gira y gira. Ellos son los verdaderos rockeros de todo este asunto. Yo soy todo empuje y nada de cerebro, como dice el Uoho, y marco las pautas en el sentido de que me gusta escribir y me gusta hacer canciones. Pero no siento la necesidad vital que tienen estos cuatro señores, que son rockeros de verdad, de estar continuamente sobre un escenario. Así, yo soy un poco el freno de la banda a la hora de estar en la carretera. Serían como los Barricada, con ese espíritu que tienen. Yo soy el menos rockero y el más Romero. Para mí los cuatro compañeros que tengo son el mejor grupo de rock and roll que existe encima de un escenario, la mejor banda a hora de hacer las cosas, en todos los sentidos; y la gente que más ha respetado mis decisiones a lo largo de estos diez años, que no siempre han sido acertadas. Para ellos, la frase morir Marea no existe.

-Musicalmente, el nuevo trabajo cuenta con una protagonismo indiscutible, el de las guitarras. Aunque Kolibrí siempre había marcado el camino a seguir del grupo, ¿puede de decirse que éste es su disco?
-Kolibrí: Yo no lo veo así, pero puede que, después de dos años trabajando en los temas, no sea muy objetivo.
-César: Yo estoy seguro de que éste es el disco de Kolibrí; de hecho, para mí, hay un gran cambio y una mejoría importante del 28.000 puñaladas a este. Para mí, chapeau.
-Alén: La musicalidad hace mucho por las canciones y en este disco lo ha rematado.
-Kutxi: Además, en ese papel lo hemos dejado más solo que nunca. Con el paso de los años cada uno va cogiendo su propio papel, antes estábamos todos en todo. Por ejemplo, en el primer disco yo componía muchos temas y para este álbum no he compuesto casi nada de música, la ha compuesto la banda y yo me he dedicado a las letras y las melodías. De esta forma, cada uno puede sacar lo mejor de sí; esto es una gozada y una putada, porque yo nunca he hecho mucho y ahora hago menos.
-Kolibrí: Lo que sí noto es que en este disco hay un salto cualitativo muy importante de todos.

-En cuanto a las guitarras, éstas tienen ciertos matices ochenteros e incluso se tercian más heavys.
-Kolibrí: Son matices que fueron llegando. Yo no sabía muy bien como tenía que enfocar el disco y lo que hice fue probar en las maquetas previas. Así, me di cuenta de que todo tenía que sonar más contundente porque la música que teníamos lo pedía. Y la referencia para esta contundencia eran los ochenta, con ese sonido guitarrero y aquellos arreglos de batería. La música iba encaminando hacia allí, yo sólo le he pegado un empujón.

-Aunque la evolución de todos ha sido notable, quizá la más espectacular haya sido la de Alén en la batería, con el ejemplo de que para este disco ha tocado todo, desde baterías hasta percusiones.
-Kolibrí: Ha hecho el disco que todos teníamos en la cabeza, en lugar de haber pasado dos años parece que han pasado diez.
-Kutxi: Este disco es el ejemplo de como se toca una batería de rock and roll, para eso Alén está 15 horas al día en su papel baterista. Ya en las maquetas previas le felicité, igual que le echaba la bronca durante los dos primeros años (risas).
-Alén: Yo lo que veo es la evolución de la banda y que las horas que todos y cada uno metemos estudiando son para el bien común y para ser mejor banda y ofrecer más a la gente cuando venga a vernos. Se hace con esa pasión. En cuanto a lo personal, lo bueno es que tu instrumento te ponga las pilas; pero, desde luego, eso sin unas buenas canciones y sin juntarte a tocar con los amigos no tiene sentido.

-Habéis llegado al punto en el que el papel de cada uno está definido y, además, define al grupo.
-Kolibrí:ÉEse es uno de los conceptos que tengo en cuenta a la hora de la producción. En los dos primeros discos hubo un poco de mareo en este sentido y cuando los escucho luego no me reconozco en el directo; en los conciertos siempre me gusta más como suena. Lo importante es que suene cada uno en el disco, con su personalidad.
-Alén: Siempre en directo somos más, no sé porqué, pero también le pasa a la mayoría de las bandas. Los directos del rock urbano no suelen ser las grabaciones más brillantes y sin embargo a la gente es lo que más le gusta porque ve la esencia verdadera del grupo.

-Ahora que ya tenéis el disco entre las manos, ¿qué sensaciones os transmite?
-Alén: Personalmente, creo que es el mejor disco de Marea. En el que más preparados estábamos para centrarnos en las canciones y no sobrevivir por las limitaciones.
-Kolibrí: Del anterior disco se dijo que era más maduro, y así era, pero es este disco el que tiene el saber hacer individual de los cinco y, a su vez, el conjunto, ya que luego tenemos que llegar a ser todos uno sólo.
-César: A mí, cada disco que sacamos me parece el mejor.

-¿Antes de final de año veremos en las tiendas el primer disco en directo de Marea?
-Kutxi: Esa es la intención, pero con los Marea nunca sabes lo que puede pasar. La idea es celebrar los diez años editando un directo de esta gira.

-Rosendo, El Drogas, Robe… ¿ya casi por turno les tocaba a Brigi (Koma) y Evaristo (La Polla) o realmente había dos canciones que pedían sus nombres?
-Kutxi: Lo de las colaboraciones es un rollo personal, lo tienes en la cabeza pero nunca sabes cuál va a ser el resultado. No es que el colaborador hiciera la canción mejor sino que estuviera allí. Y en este disco se ha dado el caso de que al margen de que nos apetecía que estuviera el Brigi y Evaristo, todas las colaboraciones del disco han sido como si hubiéramos hecho un casting, ya que todo ha sido súper acertado, como si tuviera que haber sido así. Después de escuchar el disco, creo que en la puta vida habíamos atinado tanto.
-Kolibrí: Yo por ejemplo, en este disco he conocido al Pirata y es un fuera de serie, no puedo decir menos que eso. Vaya talento y don musical que tiene este hombre, además del gusto.

-¿Por qué un Hammond en hasta cinco canciones del nuevo disco? ¿Qué aporta este instrumento a Marea?
-Kutxi: El Hammond no es un sintetizador, es un órgano… le da un toque especial al rock and roll.
-Kolibrí: Es un instrumento espectacular tanto para verlo tocar como por ese sonido que te envuelve.

Hablar de los Marea significa hacerlo del duende e ingenio de Kutxi Romero, la exquisitez del maestro Kolibrí Díaz, el carisma del Piñas, la constancia traducida en buen hacer de César Ramallo y la pegada y seguridad aportada por Alén Ayerdi: de una banda que tras un nuevo periodo de barbecho (cercano esta vez a los dos años) vuelve con los deberes hechos en forma de nuevo disco, el quinto: Las aceras están llenas de piojos. Y es que, musicalmente hablando, los partos no siempre tienen lugar tras los consabidos nueve meses de gestación: más bien tras los que hagan falta, y más hablando de quienes estamos hablando, los Marea, toda vez que, al igual que los del mar, así son sus movimientos: periódicos, regulares. Pleamar y bajamar, aparecer y desaparecer voluntariamente de la escena… y sin fecha de regreso: tomándose su tiempo hasta que creen tener canciones de calidad como para registrar un nuevo trabajo, una cuestión de respeto hacia el rock & roll, sus seguidores y ellos mismos, incluso; pasó con la preparación de Besos de perro (Dro Atlantic, 2002), CD que les aupó a la primera división del rock, con la de 28000 Puñaladas (Dro Atlantic, 2004), Disco de Oro – al igual que el anterior-, de Platino posteriormente y el de su consagración definitiva, ha pasado con éste y a buen seguro, volverá a suceder con los siguientes.

Las aceras están llenas de piojos, quinto CD de Marea, fue grabado y mezclado durante los meses de Enero, Febrero y Marzo de 2007 en los estudios Sonido R-5 de Larragueta (Navarra), asumiendo dichas labores, así como de las de producción, Kolibrí Díaz y Frank Ramírez. Once composiciones integran el disco: Entre hormigones, Aceitunero (con la participación de Paco Ventura, de Medina Azahara, marcándose un punteo), Por cuatro perras, El trapecio, Mierda y cuchara, Mil quilates -en la que aportó su voz el legendario Evaristo, actualmente en Gatillazo-, Petenera (en carne viva), Nana de quebranto (mala sombra) –en la que hizo lo propio Brigi Duque, de Koma-, Me corten la lengua, La hora de las moscas -con el Pirata, de Losdelgás, haciendo sonar saxos, trompetas y trombones-, y Los mismos clavos, con Rafael Borja, de Jataja, tocando la guitarra flamenca; siguiendo con las colaboraciones, destacaremos además las de David Tres -vocalista de El Portal de Jade- y Arantza Mendoza, a los coros, y la de Fredi Peláez, que aportó el sonido de su órgano Hammond en distintas canciones. El CD se completa con una pista CD-Rom que incluye el videoclip del primer single elegido, Aceitunero, realizado por producciones Audiovisuales ITP; en su primera edición el álbum verá la luz acompañado de un DVD de más de dos horas de duración, extraído del concierto ofrecido en Barcelona el 12 de Marzo de 2005 dentro de la gira que siguió a 28000 Puñaladas.

Las aceras están llenas de piojos: He aquí un título con mensaje implícito, algo habitual en los trabajos de Marea; con un mensaje que hace referencia a lo importante que es mantener la cabeza limpia, y tanto por fuera como por dentro. He ahí el título de un disco con el que el quinteto radicado en Berriozar vuelve a crecer sin crecerse, con humildad: el de un CD fresco, lleno de luminosidad en su conjunto y que resulta de lo más equilibrado y homogéneo, tanto desde el prisma musical como desde el lírico, ambos de igual peso específico en el hacer de la banda. Un nuevo tratado de poesía rockerizada en el que Kutxi y compañía vuelven a mecernos con su música y a estremecernos con sus letras, un tanto más reflexivas y sombrías -si se quiere-: como la vida misma con el transcurrir de los años. Más profundas e incluso oscuras, premonitorias por momentos. En cualquier caso de calado y espíritu fieramente humano, cosas del paso del tiempo y de los envites de la vida. Y con su característica voz, la misma de entonces, eso sí, dotándolas de alma, fluyendo con la fuerza de un torrente; llenándolo todo con su brío y energía.

Marea, rock y poesía forjada a pie de vida, calidad y musicalidad a flor de piel. Y es que la música de esta banda, más allá de la combinación de los sonidos y el tiempo, vuelve a ser producto una vez más de la combinación de los mismos y los sentimientos. De todo eso que nos pasa, a todos lo mismo, en el fondo. Así las cosas, he aquí nuevamente una colección de canciones de ésas que se sienten con el alma, con importante efecto balsámico para el espíritu, y si a ello añadimos lo que se hacen esperar…. Pero bueno, ya están aquí de nuevo y a fe que durante el período de parón los músicos han aprovechado el tiempo: algo, parar de vez en cuando, realmente importante y necesario para ellos, visto lo visto. Dejar descansar la tierra, la cabeza, en este caso, para que vuelva a rendir con fuerza tras el barbecho. Para mantenerla despejada, limpia, en otro orden de cosas. Por fuera y, principalmente, por dentro.

J. Óscar Beorlegui para http://www.lahiguera.net

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