Forum Replies Created
-
Posts
-
Quizás a alguien le interese, y yo me veo en la obligación de reiterar que esta noche la Orquesta Triste Diablo actuará en El Viajero a partir de las 22 horas.
Este país, es un país de delicuentes y filibusteros y por eso me encanta.
Se ha drogado seguro. Grande Contador.
Estupendo, estupendo, nada más lejos de mi intención que saltarme las normas.
En cualquier caso aprovecho y agradezco una vez más el espacio que nos facilita https://www.gruposriojanos.com para este tipo de negocios.
Visto el interés mostrado por el precio de la guitarra por varios de los miembros del foro, lo hago público. Por unos 400 me deshago de una imitación les paul, con hermosos acabados y una serpiente macarra en el mástil, incluyendo estuche rígido con forma les paul.
Aclaro para no quedar por mentiroso, que aunque Jay Turser es una marca americana, informándome bien la guitarra es china. El fabricante dice caoba, pero aunque la guitarra pesa como debe pesar una Les Paul, yo no me la jugaría a que sea caoba. Pero desde luego el cuerpo es sólido.
La cuestión es probarla, como en todo.
A mi que no se me malinterprete, por favor (ni se me incluya en el saco del incorformismo de salón y la plañidera continuada), me parece una iniciativa interesante, y más desde que balda aclaró que trataban a la gente con mucha deferencia.
He dicho lo de la sonorización por que me ha pasado varias veces lo expuesto, que el técnico era el dj de la zona con un equipo pésimo y encima era el único que se lo llevaba crudo.
U otras veces, he participado en conciertos-iniciativas solidarias, para alguna campaña para recaudar fondos, y cobraba todo cristo (desde el diseñador del cartel, las fotocopias, pasando por los organizadores, camareros, los de luces y el de sonido, desde luego el de la cerveza…) menos los músicos.
Si lo dicho por mi, sirve para que todo (respecto al concurso) haya quedado tan cristalino y bien aclarado como lo han dejado entre balda y la organización, todo eso que hemos ganado.
Yo entiendo las dos perspectivas, la de negarse a tocar por la cara y la de pelear cualquier mínima oportunidad.
A mi me gusta tocar, por el mero hecho de tocar, pero la diferencia entre esas dos perspectivas (tocar y disfrutar o hacer el primo), está, como bien dice balda, en el trato.
También te digo que yo he tocado en sitios en esas condiciones básicas (el de sonido si que cobra y nosotros no), y luego el de la mesa no tenía mucha idea y el equipo que llevaba era una mesa de ocho canales, una caja de inyección y unas pantallas discretitas de wt (vaya, menos que lo que cualquiera tiene es su local de ensayo). Y eso cabrea.
Insisto, la diferencia está en el trato.
Totalmente consciente, yo no infravaloro el trabajo técnico, me quejo de que se valore el técnico y no el artístico.
También te diré que algunos grupos llevan sus buenos millones en gear (yo, que no paso de tocar en bares y garitos, todavía estoy tocar en un sitio en que el apartado técnico supere el precio de mi bassman del 66, el twin reverb de Diego del 78, del Deluxe de mi cantante, de nuestra batería, de las tele y del precisión, microfonería propia, segundas guitarras, mi vibro champ del 67, etc).
A mi estas iniciativas me parecen estupendas, para darse a conocer, ganar escenario y aumentar público, el problema es si nadie cobra nada (excepto el ganador final que por dos bolos cobra 400 €), y luego el de la mesa de sonido se lleva entre 500/1000 euros por cada una de las 5 noches que va a currar.
Por que entonces si a uno puede quedársele cara de estar haciendo el primo.
E incidiendo en lo mismo, Espartero era un hijo de puta que bombardeó la ciudad de Barcelona desde Montjuich, los Reyes Católicos son responsables también de bastantes cuestiones oscuras… etc.
Mi opinión, es la misma que Pérez Reverte en este artículo:
Un colegio no sexista
XL SEMANAL – 29/3/2010No sé de qué diablos protesto, a veces. Soy un gruñón bocazas, porque en realidad vivimos en un país fascinante. Según donde te sitúes, o lo haga el azar, lo mismo puedes echar la mascada por sotavento que rularte de risa o estamparle besos al vecino de barra. Yo mismo, cuando tengo sobredosis de telediario y me asomo a la ventana pidiendo que llueva napalm y nos lleve a todos a tomar por saco, me organizo a veces una terapia que funciona de cine: corro al bar más próximo, pido una caña y una tapa, miro alrededor y tiendo la oreja. Así, muchas veces, lo que veo o lo que oigo, las vidas que hormiguean a mi alrededor, la pareja que habla en voz baja cogida de la mano en la mesa junto a la ventana, el currante que se come el bocata, la señora que entra a pedir un café con leche después de pasar veinte minutos charlando con las otras marujas en la puerta del mercado, la peña considerada de cerca, en resumen, me suben el ánimo. Me reconcilian con la gente y con el escenario. Conmigo mismo, de paso. Como digo siempre, Sodoma y Gomorra, igual que Villacenutrios del Rebollo, están, si uno se fija, llenas de justos que las salvan. También de payasos que las animan. Que le dan vidilla al cotarro.
El otro día tocó rularse de risa. La historia es verídica, aunque ustedes son dueños de creérsela o no. Como aval tienen mi palabra de honor, así que allá cada cual. Yo puedo jurarles por las Siete Bolas de Cristal que es cierta en lo sustancial y el desenlace. Ocurrió hace pocos días en una asamblea de la asociación de padres de alumnos de un colegio rural, alguno de cuyos integrantes es amigo mío. Buscaban nombre para el centro escolar, y el debate se animó con propuestas y contrapropuestas. Participaba activamente, con calor dialéctico, una señora todavía joven, notable por sus actitudes antisexistas. Muy eficaz en su trabajo, dicho sea de paso. Lúcida, cualificada y profesional. Pero de las convencidas -sin duda sinceramente, en este caso- de que los Reyes Magos deberían llamarse Reyes y Reinas Magos y Magas, y que regalarle un balón y una espada de juguete a un niño varón significa forjar, desde la más tierna infancia, a un maltratador de mujeres y a un fascista con carnet.
El caso es que, dándole vueltas al nombre del colegio, la antedicha señora se negó a utilizar el de un conocido escritor español vivo -no era el mío, tranquilicémonos todos-, argumentando que el candidato pertenecía al sexo masculino -ella dijo «género»-, y que eso suponía discriminar a las mujeres escritoras. El mentado, además, no era considerado por la citada señora un pavo progresista, sino proclive -y esto es literal, o casi- «a una manera de escribir demasiado apegada a las reglas académicas, lo que le da un tufillo de derechas». Además era varón, lo que suponía una discriminación adicional. No sería bien visto. Se le pidió entonces a la señora que aportase nombres de escritores homosexuales inequívocamente progresistas, dignos de figurar en el membrete de cartas de un colegio español del año 2010. O, preferiblemente, de escritoras hembras en situación parecida. Pero no supo dar ninguno. Los hombres eran hombres, a fin de cuentas; y a las mujeres no acababa de verlas. «Hasta este mismo debate es machista», apuntó la prójima saliéndose por los cerros de Úbeda. Se entabló luego una animada discusión en busca de gente de otros registros, a ser posible mujeres vivas, conocidas, relacionadas con las letras, la educación o la cultura en general. Pero todo eran inconvenientes. A la señora no le cuadraban las cuentas. Además, no podía ser un nombre masculino, concluyó, por su posible interpretación sexista; pero si era mujer parecería muy radical. Muy extremista. `Colegio Miguel de Cervantes´ sonaba a rancio y a facha. «Con Franco todos se llamaban así», dijo alguien. Lo conveniente era un nombre que fuese popular, con tirón, pero que careciese por completo de connotación política. «Fulano escribió durante el franquismo, Mengano sale mucho en El País, Zutano firma en la tercera de ABC.» Eso de la etiqueta, real o postiza, los dejaba fuera a todos. «Sin olvidar -apuntó un profesor, ya en plan de coña- que si es hombre o mujer de raza blanca, pueden acusarnos de racismo. Y escritoras negras no tenemos muchas.»
Al fin, tras varias horas de dimes y diretes, la señora dio con la solución: «Un nombre -apuntó muy seria- que cumple todos los requisitos para representar los valores del centro educativo, sin ser sexista ni afectar la sensibilidad de ningún colectivo». Luego hizo una pausa, los miró a todos con ojos encendidos de entusiasmo y dijo: «La Pantera Rosa».
Con respecto a la ignorancia generalizada, Yagüe era un hijo de puta de marca mayor, no un hombre querido en el barrio por hacer casitas (o a lo mejor las dos cosas, that´s life).
El carnicero de Badajoz, responsable de un par o tres de miles de ejecuciones sumarias al entrar en la ciudad tras la sublevación.
Un angelito el hombre.
Otra cosa es que la asimilación social desligue a los nombres de los hombres y no pasa nada. Que todo sea politiqueo barato y ganas de desviar a la cámara de los problemas de verdad.
La enésima estupidez de nuestra corporación que, aunque sólo sea por el gasto que va a generar (placas nuevas, planos, campaña de información, cambios en el catastro, registro y demás trámites burocráticos), deberían meterse sus idas por el culo y dejar de llenar la ciudad de zona azul y de carriles bici que no usa nadie.
Último Tren se suma a la sesión matutina en el Biribay del Fast Fun Bizarre por la caída inesperada de los Acapulco Gold Diggers.
Ya saben, clásicos 50 y sweat soul music a tutiplén.
